Álbum musical destacado por la página web oficial de la Universidad Nacional de Educación Pública Estatal Española (UNED). Apartado dedicado a MIGUEL HERNÁNDEZ, "Poemas musicalizados y discografía". Incluído también en la obra literaria del escritor y colaborador de Radio Nacional de España Fernando González Lucini, "MIGUEL HERNÁNDEZ ...Y su palabra se hizo música".

martes, 18 de octubre de 2016

FICCIÓN: 10 Lugares de Orihuela en donde pasar auténtico terror: 10. La Calle Moreras



TESTIMONIO REAL 18/10/2016

Yo vivía por aquel entonces en la calle que está cercana al famoso arco donde está la virgen de la calle de Arriba. Muy pegadita a la casa de Miguel Hernández.

Esta callejuela estrecha y abatida tiene como nombre CALLE MORERAS. Esa era mi morada.

Una vez, siendo yo niña, me eligieron Reina Infantil del barrio.

Como cada año, me tocó en esa ocasión a mí, el subir al Arco a hacer la Ofrenda a la Virgen.

Recuerdo haber tenido escalofríos aquel día.

El agobio era tan intenso que hasta parecía que alguien te obligaba a marcharte de allí. Incluso se sentía como si sudorosas y blanquecinas manos te empujaban para que te largaras.

Yo pensaba que esta sensación era por el vértigo que me habría dado al ser yo una niña de subir todos esos maltrechos escalones y mirar hacia abajo desde lo alto por el pequeño ventanuco.

Pero hoy día creo que no, que fue otra cosa.

Siento un poco de miedo al contarte esto, pero… me da un poco de vergüenza por lo que puedas pensar de mí, o tus lectores.

Esa no es la única experiencia que he tenido en ese barrio.

En mi propia casa, me ocurrió algo que no he podido olvidar y que me atormenta cada día que paso en este mundo.

Yo tendría por los seis años.

Diariamente, cada mañana, mi madre hacía sus labores, limpiaba la casa por ejemplo y yo me quedaba jugando en la cocina.

Algo me distrajo de repente una de esas apacibles mañanas.

Un ruido extraño en una de las habitaciones de mi hogar llamó mi atención.

Me acerqué con cierto desconcierto y mucha curiosidad de cría pequeña para ver que es lo que había sido.

Con las piernas temblorosas, me acerqué hasta el hueco de las escaleras que me permitía ver aunque fuera solo un poco parte de aquella habitación de donde había partido el sonido.

Mi cuerpo recibió una sacudida.

La impresión fue tan enorme que casi me caí del susto.

Ante mis ojos vi, fui testigo de algo horroroso, una figura, una entidad con una especie de túnica oscura que la cubría completamente.

Mi cuerpo se quedó paralizado. No podía moverme y tampoco sabía que tenía que hacer.

Pero me fijé que aquello, mitad ser mostruoso, mitad ser de pesadilla en mi imaginación, se movía deslizándose, sin caminar, en dirección al cuarto de baño.

Cuando la perdí de vista, recobré un poco la movilidad de mi cuerpo y acudí a toda prisa a contárselo a mi madre.

Le pregunté a mamá si era que había venido la abuelita.

Mi madre no respondió y su rostro comenzó a mostrar signos de una evidente preocupación, pues había ciertos rumores de ladrones que se sabía habían entrado ya en algunas casas.

Subió arriba y lo revisó todo. Por supuesto, no encontró a nada ni a nadie allí escondido.

Yo, mientras, permanecía en el piso de abajo esperando que mi madre, terminara la búsqueda y me diera una explicación de quien era la señora que yo había visto.

Empecé a escuchar los pasos de mamá bajando por las escaleras y cuando llegó a mi altura, le conté que lo último que había visto era que esa figura negra se metía dentro del cuarto de baño.

Volvimos a subir, esta vez las dos juntas agarradas de la mano, como si eso hubiese servido de algo, para echar un vistazo.

Nada, la ventana que daba al patio estaba cerrada. Si alguien hubiese entrado allí era imposible que hubiese escapado por la ventana.

Me sentí como una tonta contando embustes a mi mamá. 

Pero juro que yo lo había visto, no me lo había imaginado.

Poco tiempo tiempo después, cambiamos de vivienda.

Ahora, ya no vivo en Orihuela pero me quedan muchas dudas de qué fue lo que yo vi aquel día en mi propia casa.

Me encantaría volver y preguntar a los vecinos que ahora viven allí si han tenido alguna vez una experiencia como la que yo tuve.

Yo creo que me llevaré a mi tumba la duda, el secreto de que en una ocasión fui testigo de lo imposible.

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