Emulando el heroísmo de Sagunto y Numancia, Orihuela se
personifica y se inmortaliza en la insigne figura de D. Juan Martínez de
Eslava, alcaide del Castillo que murió asesinado cobardemente por la felonía e
inhumanidad del rey Castellano.
Pues supo estar al frente de la ciudad de Orihuela ante el
cerco al que fuimos sometidos por las tropas de Pedro El Cruel, proclamando
Pedro IV de Aragón la pura fidelidad y la extrema valentía de aquellos
oriolanos que resistieron por largos años el asedio del terrible invasor.
Y que vieron como de 7000 combatientes se redujeron nuestras
fuerzas a tan solo 600.
Siendo masacrados y degollados para esparcir nuestros restos
sobre las aguas del Río Segura.
No teniendo más remedio los supervivientes, que alimentarse
con la carne de sus adversarios muertos en combate y con la de inmundos
animales.
Desde entonces, una bella leyenda proclama al viento en el
escudo de armas de Orihuela la siguiente frase:
Semper praevaluit ensis vester .
(Siempre prevaleció vuestra espada).
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